Una mujer rusa y otra ucraniana fueron elegidas para llevar la Cruz de Cristo
Participaron más de 10.000 personas. Las amigas de los países en guerra participaron en el paso decimotercero de la celebración.

Tras dos años de suspensión -debido a la pandemia de covid-19- en el Vaticano, el papa Francisco presidió el Vía Crucis ante 10.000 personas. No sólo el regreso a la presencialidad fue significativo este año, sino que además la celebración fue doblemente emotiva cuando los fieles de la Iglesia Católica conocieron la noticia de que, en el paso decimotercero, la Cruz sería llevada por una mujer rusa y una ucraniana en señal de reconciliación en tiempos de guerra. La embajada ucraniana ante la Santa Sede había expresado sus reticencias. El Vaticano, sin embargo, no respondió a las protestas ni anunció algún cambio en el programa. En el resto de las estaciones, como es habitual, el signo de la Cruz fue transportado por diferentes tipos de familias.
Albina es rusa y estudiante de tercer año de la Carrera de Enfermería en la Universidad Campus Bio-Médico de Roma. Irina, ucraniana, es enfermera del Centro de Cuidados Paliativos de la Fundación Policlínica Universitaria del Opus Dei. Las dos mujeres, que son amigas, pasaron los meses de covid juntas y aseguraron a la prensa que comparten el sufrimiento de los dos pueblos.
Unos 10.000 fieles acogieron ayer al papa Francisco en el Coliseo de Roma, donde presidió el Vía Crucis de Viernes Santo, después de dos años en los que este rito, uno de los más seguidos de la Semana Santa, fuera suspendido por la pandemia. En 2020 y 2021 el Vía Crucis fue celebrado en una plaza de San Pedro desierta a causa de las restricciones por el coronavirus.
Este año Francisco volvió al famoso anfiteatro, símbolo de la persecución de los primeros cristianos, para presidir el Vía Crucis, un rito que se remonta al siglo XVIII pero que, tras caer en desuso, fue retomado en 1959 por el papa Juan XXIII.
A los pies del monumento, miles de fieles con velas -10.000 según la Santa Sede, que cita como fuente a la Jefatura de Policía romana- asistieron al recorrido de la Cruz, conmemorando el martirio y muerte de Jesús.
Francisco, como es tradición, asistió a la ceremonia en silencio en un promontorio de la colina del Palatino, donde se levanta la basílica del emperador Majencio, en los Foros Imperiales.
La presencia de las dos mujeres -rusa y ucraniana- en el paso decimotercero del Vía Crucis es la manera que encontró el Vaticano en este crucial momento para la Iglesia Católica de llamar a la paz. La guerra en Ucrania, tras la invasión rusa, es uno de los mayores desvelos del Papa y hoy su limosnero, el cardenal polaco Konrad Krajewski, enviado al país para llevar una ambulancia, celebró el Vía Crucis en las ciudades de Bucha y Borodjanka, donde tras la retirada del Ejército ruso aparecieron cientos de cadáveres.
Horas antes, durante una entrevista para la cadena pública de la televisión italiana RAI 1, el Papa había expresado: "El mundo está en guerra. En este momento, en Europa, esta guerra nos golpea mucho. Pero miremos un poco más allá. El mundo está en guerra. Siria, Yemen, y luego piensa en los rohingya, expulsados, sin patria. En todas partes hay guerra", aseguró el Pontífice argentino.
"El mundo ha elegido, es duro decirlo, el patrón de Caín y la guerra es implementar el cainismo, es decir, matar al hermano", explicó.s