Rusia usó otro misil hipersónico y se intensifican combates en el sur
Una gran reserva de combustible fue destruida por cohetes de crucero Kalibr, disparados desde el Mar Caspio.

Rusia anunció que por segunda vez utilizó misiles cruceros Kalibr e hipersónicos para atacar una reserva de combustible al sur de Ucrania. Mediante un comunicado el Ministerio de defensa ruso confirmó ambos bombardeos.
"Una gran reserva de combustible fue destruida por misiles de crucero Kalibr disparados desde el mar Caspio, así como por misiles balísticos hipersónicos lanzados por el sistema aeronáutico Kinjal desde el espacio aéreo de Crimea", indica el comunicado.
El depósito Kostiantinivka, se encuentra cerca de la ciudad de Mikolaiv, sobre el mar Negro y fue destruido por completo.
Los misiles cruceros e hipersónicos pertenecen a la familia de nuevas armas construidas por Rusia, y que tienen como finalidad destruir al adversario de una manera inesperada y muy eficaz por su sistema de evasión de las defensas.
El misil hipersónico Kinzhal alcanza objetivos a 2 mil kilómetros de distancia a una velocidad 10 veces mayor que la del sonido, y Vladimir Putin lo describe como un arma "invencible".
El primero de este tipo de ataques se realizó el sábado en un almacén subterráneo de armas, en el oeste de Ucrania, con el misil Kinzhal.
Las autoridades rusas también confirmaron que "misiles de alta precisión" alcanzaron un centro de entrenamiento de las fuerzas especiales ucranianas en la región de Jitomir. Indicaron que allí más de 100 personas fallecieron por el bombardeo.
De esta manera, se trata del primer uso directo de estos misiles desde su prueba exitosa a mediados de 2018.
Desde Estados Unidos señalaron que este tipo de ataque fue realizado con la intención de "probar las armas y enviar un mensaje a Occidente" sobre las capacidades rusas en dicho conflicto.
Con respecto a la situación aérea, tema que Volodymyr Zelensky solicita el cierre definitivo, el Gobierno británico indicó que Rusia todavía no pudo controlarlo.
CHOQUE DIALÉCTICO
En un tono desafiante, Putin prometió, a las multitudes que ondeaban sus banderas en un estadio de fútbol en Moscú, que Rusia "cumpliría absolutamente todos" sus planes.
Horas después, Zelenski dijo que la negativa a comprometerse tendría un precio muy alto para Rusia.
"Quiero que todos me escuchen ahora, especialmente en Moscú. Ha llegado el momento de una reunión, es hora de hablar", señaló el mandatario en un discurso en video publicado el sábado.
Por otro lado, analistas occidentales dicen que Putin parece haber subestimado la resistencia a la que se enfrentaba en Ucrania, donde civiles que nunca habían disparado un arma hasta hace unas semanas se unieron a las fuerzas regulares para defender a su país.