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Stanovnik se refirió a la pobreza en Corrientes

"El primer gesto que hemos realizado al iniciar nuestra celebración pascual fue la bendición del fuego nuevo con el cual encendimos el cirio pas­cual. En medio de la oscuridad brilló la luz, sím­bolo de la vida nueva de Jesucristo resucitado", dijo ayer monseñor Andrés Stanovnik en el mar­co de la Misa de la Vigilia Pascual que se realizó a las 21.

En el relato del texto del evangelio de Lu­cas, escuchamos que las mujeres, que se habían asomado al sepulcro donde habían depositado el cuerpo del Señor Jesús y no lo hallaron, quedaron desconcertadas. El propósito de esas mujeres era embalsamar el cadáver de Jesús, pero quedaron sorprendidas al escuchar que está vivo: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado". Esa es la noticia que cambió radicalmente la historia humana. La luz potente que brilla desde la resurrección de Jesús, ilumina el pasado, el presente y el futuro de la condición humana, brinda el fundamento para saber quié­nes somos, qué tenemos que hacer y hacia dónde peregrinamos. Sin esa luz, permanecemos en las tinieblas.

A lo largo de la historia Dios fue fiel a su alian­za a pesar de nuestra infidelidad. Como creyen­tes en Jesucristo resucitado seamos misioneros de la esperanza. En nuestra ciudad hay cada vez más personas en situación de calle que reclaman nuestra presencia cristiana y, sobre todo, la ac­ción humanitaria de los organismos públicos. Es insuficiente el plato caliente que les brindan los jóvenes del Buen Samaritano, a través de quienes se refleja la mano bondadosa de Dios y a quienes va nuestro reconocimiento y aliento. La autentici­dad de nuestra celebración pascual, la sinceridad de nuestra alegría por Jesucristo resucitado y la coherencia de nuestro saludo pascual, serán ver­daderos si también ellos lo pueden experimentar junto con nosotros. 

La humanidad a oscuras

El relato de la caída de Adán y Eva sim­boliza las tinieblas en las que viene cayendo la humanidad. Es un relato ejemplar para comprender también hoy las trágicas conse­cuencias que produce el encanto de construirse al margen de Dios. La historia de la Salvación, el camino que Dios hizo para salvarnos de esa catástrofe, está narrada en la Biblia. El momento culminante es la encar­nación, pasión, muerte y resurrección de Jesu­cristo. Él es la luz que brilla en las tinieblas. Él es nuestra Pascua. Reflexionó monseñor Stanovnik en la vigilia pascual. 

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