El fiscal que pasó de ser denunciante a acusado y una notaria con antecedentes
Gladys Báez es pieza clave en la controversia que tiene al Ministerio Público como centro. Carga con una causa que toca al poder político

"En septiembre de 2020 hice la denuncia (por usurpaciones en Santa Ana) y no se investigó: lo hice dos veces, una como ciudadano y otra como fiscal". La frase forma parte del entremedio de la extensa argumentación vertida días atrás por el representante del Ministerio Público ante el Tribunal Oral Penal Nº 2 (TOP 2), doctor Edmundo Gustavo Schmitt Breitzkreit, por estos días inmerso en la controversia tras ser imputado por su colega, titular de la Fiscalía de Instrucción Nº 6, Gustavo Alejandro Roubineau, quien lo acusó de estafa y falsificación de documentos públicos. Se lo retoma porque da cuenta de dos aspectos llamativos: primero, que los movimientos irregulares destapados tras los operativos comisionados a Prefectura Naval en febrero de este año ya tenían antecedentes de consideración; segundo, que Schmitt ya había puesto al tanto de la situación a su par Roubineau, ya que en ese mismo alegato había mencionado: "He trabajado durante muchos años con el fiscal Roubineau, desde que se inició esta causa trabajamos juntos" (sic). Cómo Schmitt pasó de denunciante a acusado es algo que ni él sabe con certeza, al menos eso expresó a la opinión pública: "No me han dejado preguntar ni ofrecer pruebas", se quejó.
La mayor incerteza que dejó la exposición del fiscal Schmitt en una radio local -Sudamericana- surgió en relación a ese tramo en el que habló de las denuncias que realizó ante la Comisaría 16ª (ubicada en el barrio San Gerónimo) dando cuenta de intentos de usurpación de lotes en la zona de la Ruta Provincial 43, en la Capital y Santa Ana. Todo se juega en el rol de la notaria Gladys Dionisia Báez, a quien Schmitt dijo haber conocido tiempo antes de la denuncia, a través de la escribana y dirigente política Teresa Vázquez, durante el proceso de adquisición de 3 lotes en ese sector.
"Báez vivía cerca de ahí, en Santa Ana, ella nos ayudaba consiguiendo gente para la limpieza que después pagábamos por el servicio. En septiembre de 2020 nos avisó que había personas vendiendo los lotes; hice la denuncia por usurpación y puse en conocimiento a los fiscales en turno. Fue la Policía y detuvo a un hombre que decía que tenía los títulos de propiedad, que se los había dado una escribana", relató Schmitt. Pero cuando le preguntaron quién era esa escribana, el funcionario respondió: "Desconozco".
La historia del Fiscal de Cámara tiene muchas lagunas donde se hunden datos, nombres, explicaciones, por eso la figura del funcionario judicial está muy salpicada. Empantanado en la sospecha.
Hasta el momento la pesquisa encabezada por el fiscal Roubineau a instancias de la jueza de Instrucción Nº 3, Josefina González Cabañas, ha avanzado en una imputación contra Báez, Vázquez y una decena de personas más (entre ellos el fiscal Schmitt y uno de sus hijos) que figuran como propietarios de dichos terrenos pero con documentación que creen, fue adulterada por las antes mencionadas en una compleja trama inmobiliaria, que incluía sortear los controles de organismos estatales (aún no está claro cómo) para quedarse con parcelas en una zona donde el valor de la tierra se ha ido incrementando.
Báez fue detenida al estallar el escándalo tres meses atrás y se encontraba en la cárcel mujeres (Instituto Pelletier), mientras que Vázquez permanece prófuga aunque ha tramitado su eximición de prisión mediante un abogado. "¿Cómo dudar de alguien que hasta el año pasado se presentaba como la candidata a intendenta de Santa Ana por el partido gobernante en la provincia? Si en ese momento hubiéramos sabido de esas denuncias, no hubiéramos aceptado", expresó el Fiscal de Cámara.
Respecto a Báez, el doctor Schmitt dijo no haberla conocido antes pero admitió que tuvo participación en la segunda compra del mismo terreno cuando, en enero de 2021, se presentó un ciudadano con los títulos de la propiedad. La mujer tenía fama desde 2009 cuando fue denunciada por el empresario Hernán González Moreno por haber adulterado documentos para beneficiar al entonces diputado y ex gobernador (luego reelecto), Ricardo Colombi en la cesión de una fastuosa casa del barrio Libertad al avalar un documento fechado el 31 de noviembre (inexistente en el calendario). En 2019 ordenaron enviarla a juicio.
Como fiscal sustituto ante el TOP 1, Schmitt durante 2018 y 2019 tomó contacto directo con una causa -denominada Publicidad- que imputaba a González Moreno, ya muerto, y al ex gobernador Arturo Colombi. La concatenación de nombres pasó desapercibida para el procurador, de haberlo advertido se habría ahorrado más de un quebranto.
El fiscal, que ahora se dedica al negocio inmobiliario, supo protagonizar anteriormente otras arremetidas contra ex gobernadores. Ahora la corporación judicial parece haber puesto la lupa sobre su figura. s