Adiós a Carlitos Balá: el hombre que hizo reír a varias generaciones de argentinos
La noticia se conoció ayer, pero, según explicaron sus familiares, el mítico humorista falleció en la noche del jueves pasado.

EL PAÍS LE RINDIÓ HOMENAJE CUANDO SE CONOCIÓ LA NOTICIA DE SU PARTIDA. LOS COLECTIVOS DE LA LÍNEA PORTEÑA 39, DONDE COMENZÓ A TRABAJAR, TENÍAN LA IMAGEN DEL ÍCONO QUE PERMANECIÓ VIGENTE A LO LARGO DE VARIAS GENERACIONES.
El humorista, un ícono de la cultura popular que perduró a lo largo de generaciones, Carlitos Balá, falleció en la noche del jueves tras haber sido internado de urgencia. Su deceso fue confirmado por su nieta en la mañana del viernes, quien dijo que estaban tristes pero unidos y que su abuelo se fue rodeado de amor. El velatorio del comediante que partió al terreno celestial a los 97 años, se realizó en la Legislatura porteña, donde sus admiradores hacían largas filas, a lo largo de la avenida Diagonal Sur y la calle Hipólito Yrigoyen, para ingresar a la capilla ardiente.
"Lo conocí cuando tenía ocho años, estaba haciendo una obra de teatro en Quilmes, fui con mi madre y participé de un juego en el escenario. Creo que es parte de la Argentina, de un pedacito de cada uno y merece ser despedido", dijo a Télam Carolina (44), una de las primeras en formar fila en la avenida Julio A. Roca al 500, a metros de la Plaza de Mayo, donde se encuentra el ingreso principal de la Legislatura habilitado ayer para el público en general.
Desde allí se accedía al salón Perón, donde se encontraba la capilla ardiente en la que era velado Balá, rodeado de sus familiares.
Emblema de la infancia de toda una época, cuya vigencia perduró y fue pasando de padres a hijos y luego a nietos, Carlitos Balá había sido homenajeado en 2017 en la Cámara de Diputados de la Nación por su "trayectoria artística y su aporte a la cultura popular".
"Aquí llegó Balá", "heaheaaaapepe" y "¿qué gusto tiene la sal?", el "sumbudrule", el "mirá cómo tiemblo", "está un kilo y dos pancitos" o "más rápido que un bombero", "seriola con techito por si llueve", "zazaza zazaza", "gestito de idea", son apenas algunas de las frases que acuñó y que quedarán grabadas en la memoria.
Nacido el 13 de agosto de 1925 en Buenos Aires como Carlos Salim Balá, fue uno de los más reconocidos humoristas de la historia de la radio y la televisión argentina, habiendo participado además en numerosos espectáculos que abarcan la radiofonía, el teatro, la televisión, el cine y el circo.
Siendo muy joven su hermana mayor trató de persuadirlo de dedicarse a la actuación, y tras hacer bromas en colectivos de la línea porteña 39, donde trabajaba -que ayer cuando se conoció la noticia de su deceso, los coches salieron a la calle con su imagen-, como Carlos Valdez participó y ganó un concurso radial. Aquel seudónimo luego lo reemplazaría por una variante de su genuino nombre y apellido apocopado, Carlos Balá, que ya se volvió inmortal para la historia del entretenimiento argentino.

Así fue que debutó en la radio, en el famoso ciclo "La Revista Dislocada", de Delfor (Amaranto), con quien en 1958 se enemistó y posteriormente popularizó su imagen junto con Alberto Locatti y Jorge Marchesini, aplaudido trío conocido por su programa "Los tres..." por radio El Mundo.
Con ellos llegó a participar en el "El show de Andy Russell", para luego protagonizar "¡Qué plato!", antes de separarse definitivamente en 1960, unirse a "La Telekermesse Musical", de Canal 7, y finalmente ser contratado por los fabricantes de chicles Bazooka, para encarnar a Joe Bazooka.
Al mismo tiempo participó de "El show de Antonio Prieto" y "El show de Paulette Christian" y en radio Splendid interpretó a Jacobo Gómez, antes de sumarse -en 1962- a "Telecómicos", una divertida colección de sketches y personajes de Aldo Camarotta por Canal 9, y "Calle Corrientes", por el 7.
Tras participar en "El Show Super 9", con Mirtha Legrand y Duilio Marzio, debutaría en la pieza teatral "Canuto Cañete, conscripto del siete", toda una suma de éxitos que lo llevaron a tener su propio ciclo y "Balamicina", con libro de Gerardo Sofovich.
También en 1963 debutaría en el cine con la versión para pantalla grande de "Canuto Cañete, conscripto del siete", que dirigieron Leo Fleider y Julio Saraceni, con guión de Abel Santa Cruz, y en la que fue acompañado por Morenita Galé, Romualdo Quiroga y Roberto Fugazot. s
Carlitos, un ser adorable. Nunca te olvidaremos y estarás siempre en nuestros corazones.
MIRTHA LEGRAND.
Gracias por tanto a tantas generaciones, hasta siempre querido e inconmensurable Carlitos

Su gran historia de amor
Carlitos Balá y Martha Venturiello se conocieron hace más de seis décadas. La historia de ese flechazo que perduró desde el día en que se conocieron a mediados de los años ‘50 hasta el último suspiro del artista, fue una de las claves de su éxito. Como él mismo destacó en distintas entrevistas, el apoyo constante de su familia en cada etapa de su carrera fue el pilar en el que se sostuvo en todo momento. No tuvo problemas para discernir sus prioridades, y siempre estuvo agradecido de que su as bajo la manga, el humor, también fue la clave para sorprender diariamente a la mujer de su vida.
El lugar donde todo comenzó fue una boda, con 500 invitados, donde cruzó la primera mirada con aquella muchacha tímida de 18 años. s
FELIPE PIGNA.
Carlitos Balá nos hizo reír a varias generaciones y siempre lo recordaremos con una sonrisa.
PABLO ALARCÓN.
Gran artista reconocido en vida
El 2 de septiembre de 2009 fue invitado al programa "Justo a Tiempo", de Julián Weich, emitido por Telefé, donde el actor prometió donar el famoso "chupetómetro" para que se siguiera la tradición que él había iniciado en sus programas infantiles de ayudar a los infantes a dejar el chupete. Él mismo contó en esa ocasión que hasta el momento lo conservaba en el living de su casa e invitaba a los chicos que lo visitaban a que dejaran su chupete.
El mismo año en que fue homenajeado en el Congreso de la Nación, en 2017, Balá recibió también el diploma de Ciudadano Ilustre en un homenaje que se le realizó en la Legislatura porteña. A principios de ese mismo año había recibido también una Mención de Honor en los premios Estrella de Mar, en tanto en 2016 lo homenajearon en los premios Gardel, y fue declarado "Embajador de la Paz" en el Vaticano.
En materia de premios, en 2011 se le otorgó el Martín Fierro a su trayectoria y en 2016 fue recibido por el papa Francisco en el Vaticano, en virtud de haber sido nombrado Embajador de la Paz.
Sin embargo, el que tal vez fuera el galardón más importante era el reconocimiento de las figuras para las infancias que siguieron el camino que él había trazado. Es que ya con más de 80 años participó en el espectáculo de Piñón Fijo y en 2011 fue la animadora infantil Panam quien también lo convocó para sus shows.
"Ya van cuatro generaciones que me siguen, contando esta de Panam. Hay que entenderlos. Tienen otros chiches, pero siguen siendo chicos. No tengo tiempo para estar triste, tengo alegrías que me eclipsan. Y hago reír todo el día. En los aviones me pongo a bailar con las azafatas. La fórmula es recibir cariño. Yo soy de espíritu joven. El cariño te rejuvenece. Todo el mundo debería recibir cariño, pero está el poder adelante y nadie lo quiere entender. Yo vengo cerca el cementerio de la Recoleta y digo: ‘Así terminamos todos’", había asegurado Carlitos Balá en una síntesis de su espíritu jovial y positivo, antes del homenaje que le hicieron, en 2017, en la Cámara de Diputados. s