La tracción a sangre y el maltrato animal en el centro de la polémica
La postal de caballos arrastrando carros con cargas pesadas son una postal cotidiana en Corrientes y es parte de la cultura local.

En los últimos días se conoció un proyecto impulsado por la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Unne, junto con el Municipio capitalino, con el que se avanza en un relevamiento de equinos utilizados para tracción a sangre. Según se explicó, el relevamiento apunta a recolectar información sobre la situación de los animales e identificar afecciones directamente relacionadas con la actividad de tracción. Se estima que en la ciudad de Corrientes hay más de 500 carros que son utilizados para el transporte de escombros, materiales de la construcción, ramas y otros elementos de descarte.
En paralelo, hace dos semanas en el Concejo Deliberante se aprobó un proyecto de resolución en el que se pide al Ejecutivo Municipal que realice el empadronamiento de familias que utilizan la tracción a sangre como medio de trabajo en la ciudad.
Lo cierto es que, más allá de los relevamientos y pedidos de empadronamientos, la presencia de caballos en estado deplorable, arrastrando carros con mucho más peso, es una postal diaria en las calles correntinas y se repite desde hace décadas. "La tracción a sangre es parte de la cultura local y un medio de vida para cientos de familias, y no se va terminar de un día para el otro", dijo hace unos días la concejal del FdT, Magda Duartes, a propósito del empadronamiento, un proyecto de su autoría.
Inclusive admitió que la prohibición de la tracción a sangre o el uso de carros tirados por caballos "no es algo que se pueda fijar de un día para el otro, y dejar sin sustento a un montón de familias. Por eso queremos tener un censo de las personas que trabajan con carros, para después poder junto a la Municipalidad, la Provincia e instituciones intermedias ver cómo se puede dar una transformación laboral para los carreros’.
En gestiones anteriores ya hubo intentos de transformar los carros en motocarros, en el que tras un empadronamiento de carreros en esta Capital se impulsó que adquieran motocarros para la realización de sus actividades, pero con el tiempo quedó en la nada. Mientras tanto, asociaciones de defensa de animales continúan con las denuncias de maltrato animal y secuestros (ver aparte).