Bono o suma fija: el Gobierno nacional evalúa una definición entre las opciones
La vicepresidenta presiona por un ingreso mensual, ante la resistencia del entorno presidencial. Se esperan avances en el transcurso de esta semana.

El Gobierno mantiene bajo análisis alternativas para reforzar el poder adquisitivo de los trabajadores, en un año en que la inflación no dio tregua a los bolsillos. Por estas horas define qué pasará con el bono de fin de año.
Alberto Fernández y Sergio Massa almorzaron el viernes en el Palacio de Hacienda, en medio de la tensión cambiaria y en la previa de las definiciones sobre el nuevo dólar soja.
Durante el encuentro, que marcó la reanudación de la agenda del Presidente tras superar sus inconvenientes de salud, avanzaron sobre una de las preocupaciones principales del Gobierno en la antesala del fin de año: anunciar un bono o suma fija para trabajadores en relación de dependencia.
Según trascendió, la suma del bono de fin de año que está en análisis rondaría entre los $30.000 y los $45.000. Además no está descartado que se pague en cuotas.
De momento, lo que está casi descartada es la suma fija, alentada por Cristina Kirchner, que volvió a cobrar fuerza en las últimas horas. Hasta el jueves el círculo presidencial la descartaba, como se observó a partir de las declaraciones de la ministra de Trabajo, Kelly Olmos.
"El proceso de paritaria que se está llevando adelante está siendo muy vigoroso, y logrando una alta recuperación de la capacidad adquisitiva ante la inflación. Interferir en el proceso de las paritarias no nos parece lo más adecuado", agregó.
Ese mismo día. en rueda de prensa desde la Casa Rosada, la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, avaló los dichos de Olmos. "No hay suma fija para nadie. Sí se están estudiando alternativas para que los salarios le ganen a la inflación, y las paritarias lo están logrando", sostuvo.
Sin embargo, la conveniencia de una u otra opción fue evaluada en la reunión en el quinto piso del Ministerio de Economía.
"Se está analizando", señalaron desde el entorno de Alberto Fernández, donde antes expresaban mayores reticencias. Según dijeron, lo que une a las dos orillas de la coalición gobernante es "el objetivo de dar respuesta a un sector que sufrió los efectos de la inflación".
La vicepresidenta había reclamado una suma fija para los trabajadores durante el plenario de delegados de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) en Pilar, y días atrás le metió presión al Gobierno al otorgar $30.000 en ese concepto para los trabajadores del Congreso, en una decisión que tomó conjuntamente con Cecilia Moreau, titular de Diputados.
La reunión del jueves entre Alberto Fernández y el secretario general de la CGT, Héctor Daer, fue leída como un cambio de postura por parte del mandatario, que también dio señales desde lo discursivo. "Conversamos sobre la situación gremial de los trabajadores de nuestro país, la evolución de las paritarias y de qué modo culminar el año salarialmente", publicó
Horas antes se había reunido con el titular de la Afip, Carlos Castagneto, con el que analizó los niveles de recaudación con la cuestión del ingreso extra como telón de fondo.
En la antesala de su anuncio, Fernández y Massa analizaron el dólar soja y reposaron en uno de sus objetivos: que funcione como un fondo para las asignaciones familiares y se amplíe a todos los trabajadores en relación de dependencia, sin importar el ingreso mensual que tengan.
Pablo Moyano, líder de la CGT, presionó repetidamente al Gobierno en ese sentido. "Se lo hemos dicho a Alberto (Fernández), a Cristina (Kirchner), a Sergio (Massa) y, el otro día, a la ministra de Trabajo (Kelly Olmos): mi obsesión, de acá a fin de año, es la suma fija, que el impuesto al trabajo desaparezca o que no tribute en el aguinaldo a fin de año, y que las asignaciones familiares que hoy cobran dos millones de trabajadores sean para los seis millones de trabajadores registrados", dijo la semana pasada.s