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MENSAJE DEL ARZOBISPO EN EL 407 ANIVERSARIO DE ITATÍ

"Superar las divisiones internas para progresar"

El pueblo de la Virgen, Ita­tí, conmemoró ayer su 407 aniversario de su fundación, y tal como estaba previsto la misa central se desarrolló durante la mañana, estuvo presidida por el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik y partici­paron las autoridades.

Previo a la bendición final el prelado de la Iglesia cató­lica de Corrientes, el inten­dente Francisco Romero, y demás autoridades se tras­ladaron hacia el lateral del templo donde permanece para su veneración la Cruz fundacional y rezaron una oración de acción de gracias "invocando la protección de la Celestial protectora, Nuestra Señora de Itatí".

Pero antes de ello, durante su homilía, monseñor Sta­novnik remarcó la necesidad de superar las divisiones internas. "El aniversario del pueblo es una ocasión para agradecer el extraordinario regalo que les hizo la Virgen de quedarse en este lugar y cuidarlos durante más de cuatro siglos. Es también una buena y providencial oportunidad para renovar el amor a su celestial patrona y preguntarse cómo mejo­rar los vínculos familiares y sociales, porque solo un pueblo que supera sus divi­siones internas, tiene posi­bilidades de madurar y pro­gresar".

Acompañados de nues­tra Tierna Madre de Itatí, abramos nuestro corazón y la vida de este pueblo a la venida de Jesús. Renovemos esa hermosa oración que el creyente itateño reza a su patrona pidiéndole la gra­cia más importante: "Que le conceda un gran amor a su Divino Hijo Jesús". Esa gracia le da identidad cristiana a este pueblo, identidad que es necesario alimentar con una entrega cotidiana de amor, que se sostiene con una me­moria agradecida, con un presente de mayor compro­miso, y una esperanza viva. 

Que, en este aniversario, la Virgen de Itatí, nuestra celestial patrona, bendiga a su pueblo y a sus gobernan­tes; nos ayude a comprender y sostener el cambio que necesitamos en los corazo­nes, en los hábitos y estilos de vida; y que la memoria agradecida de los orígenes de nuestro pueblo nos haga mejores cristianos y respon­sables ciudadanos