La fotografía del crecimiento
La utilización de la capacidad instalada en la industria fue de 62 % en enero, sobre el 57,5 % de 2022.
Si el uso de la capacidad instalada de la industria refleja, con más o menos razonable

precisión, el vigor de la actividad económica del país, las cifras de la estadística oficial evidencian que el desarrollo en el último tiempo ha sido apenas discreto. El promocionado crecimiento que cuentan las odas que se escuchan en la Casa Rosada y su entorno no tienen su correlato en los números, desde el año pasado a hoy la utilización de la maquinaria industrial subió menos de un cinco por ciento y en ese rango ha venido gravitando tras la salida de la pandemia. De hecho el año comenzó con un leve retroceso respecto del último trimestre de 2022; dicen que esa depresión es parte de la rutina, pero la conclusión ineludible es que la fotografía panorámica muestra que buena parte de la capacidad para producir dormita a la espera de mejores vientos.
Hay una enorme porción de capacidad ociosa. ¿Será el preaviso de una recesión en curso? Para muchos ese estado de paralización ya es una realidad.
Como sea, un reciente informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) señala que la utilización de la capacidad instalada de la industria fue de 62 % en enero, por encima de la marca de 57,5 % registrada en igual mes de 2022. En comparación a diciembre del año pasado, cuando se ubicó en 63,8 %, el uso de la capacidad instalada fabril registró en enero una disminución 1,8 puntos.
Los bloques sectoriales que presentaron niveles de utilización de la capacidad instalada superiores al nivel general fueron refinación del petróleo (84,1 %), industrias metálicas básicas (81,7 %), papel y cartón (76,4 %), sustancias y productos químicos (72,1 %) y productos minerales no metálicos (68,3 %), precisó el Indec.
Y los bloques sectoriales que se ubicaron por debajo del nivel general fueron productos alimenticios y bebidas (60,4 %), edición e impresión (57,9 %), productos del tabaco (55,7 %), productos de caucho y plástico (52,2 %), metalmecánica excepto automotores (45,3 %), productos textiles (41,0 %) e industria automotriz (31,0 %), agregó.
En enero de 2023, respecto al mismo mes de 2022, la principal incidencia positiva se observó en las industrias metálicas básicas, que presentaron un nivel de utilización de la capacidad instalada de 81,7 %, superior al registrado el mismo mes del año anterior (65,3 %), destacó el organismo.
Según la Cámara Argentina del Acero, la producción de acero crudo marcó una suba interanual de 25,1 % en el mes. Por su parte, la industria automotriz mostró en enero un nivel de utilización de la capacidad instalada de 31 %, superior al del primer mes del año anterior (22,5 %), que se vinculó con la mayor cantidad de unidades fabricadas por las terminales automotrices.
En tanto, la refinación del petróleo reflejó en enero un nivel de utilización de la capacidad instalada de 84,1 %, superior al registrado el mismo mes del año anterior (77,2 %), a partir del mayor nivel de procesamiento de petróleo crudo. En efecto, datos del Índice de Producción Industrial manufacturero (IPI manufacturero), consigna que las producciones de naftas y gasoil presentaron en enero incrementos interanuales de 11,8 % y 8,5 %, respectivamente.
Los productos alimenticios y bebidas exhibieron en enero un nivel de utilización de la capacidad instalada de 60,4 %, superior al registrado en el primer mes de 2022 (58,5 %), vinculado principalmente al crecimiento en la producción de carne vacuna y el nivel de utilización de las plantas de bebidas.
El Indec recordó que el relevamiento comprende un panel de entre 600 y 700 empresas; y, para su cálculo, se tiene en cuenta cuál es efectivamente la producción máxima que cada sector puede obtener con la capacidad instalada.