Gauchito Gil: frenan la demolición de locales comerciales a la espera de un fallo
Un juez .ordenó a un grupo de comerciantes que devuelvan los terrenos tomados de Vialidad Nacional. Los puesteros se niegan

Debido a la existencia de una presentación en la Cámara de Apelaciones de la ciudad de Corrientes, el juez federal de Paso de los Libres, Gustavo del Corazón de Jesús Fresneda, resolvió suspender el desalojo de los 17 comerciantes que se niegan a dejar los 20 metros de banquina al costado de la Ruta Nacional 123 en el santuario del Gauchito Gil, en Mercedes.
El magistrado, sin embargo, ordenó demoler los locales que ya están vacíos porque sus propietarios aceptaron dejarlos voluntariamente en cumplimiento de un acuerdo firmado en agosto de este año y que fue rubricado por unos 60 feriantes.
El jueves, en horas de la tarde, los numerarios del Escuadrón 7 de Gendarmería Nacional se presentaron en el santuario y en ese momento dos camiones de la Dirección Nacional de Vialidad llegaron transportando pesadas máquinas que serían utilizadas para la demolición. En un primer momento existía la posibilidad de que el juez ordenara arrasar con la ranchería instalada precariamente desde hace más de dos décadas en ese espacio público. Pero, posteriormente, se decidió aguardar que la Cámara de Apelaciones resuelva el pedido de los comerciantes rebeldes.
Lo que ellos ponen como condición para dejar el terreno que pertenece al Estado es que se les entreguen construcciones de material con todos los servicios y algunos hasta piden viviendas de ladrillo y cemento en un lugar cercano al santuario.
Así las cosas, se autorizó entonces que se demolieran algunos locales ya desocupados. Una retroexcavadora fue utilizada para echar los muros de lo que era un local de comidas y una topadora juntó los pedazos del lugar donde hace un mes funcionaba una santería.
Cerca de las 15, las máquinas fueron subidas a los camiones y trasladadas nuevamente a la ciudad de Corrientes. Fuentes que intervienen en la causa de usurpación sostienen que los comerciantes que se niegan a dejar el espacio son allegados a la organización que hasta agosto manejaba el predio y a la que se le atribuye la toma ilegal de terrenos, como también el doble homicidio de Julio y Sergio Cantero, padre e hijo, quienes fueron asesinados en el patio de su casa al negarse a que un grupo de personas tomara su vivienda para montar negocios.s